Tips de cocina e higiene (Parte 1)

Ahorrá tiempo y dinero utilizando la marca más barata de jabón para lavar la vajilla, sólo tenes que agregarle unas cuantas cucharadas de vinagre al agua ya que este corta la grasa y deja tu vajilla resplandeciente. Cuando se te acabe el detergente líquido para lavar la vajilla podes usar cualquier jabón suave que tengas a la mano.

Para eliminar los malos olores del interior de tu heladera, solo tenés que usar un poco de agua con jabón y agregar un poco de bicarbonato de sodio y talla perfectamente. Para evitar que se forme moho en el interior de tu heladera, podes agregar un chorrito de vinagre ya que no permite que se le formen hongos y esto evita que tus alimentos se descompongan y puedan dañar tu salud.
Después de deshielar el congelador rocialo con alcohol o aceite vegetal con un atomizador y así la siguiente vez que lo descongeles el trabajo se teva a hacer mucho mas facil y si sos de las personas que pelean para despegar las escarchas de hielo del congelador te sugiero que coloques un pedazo de papel encerado debajo de las bandejas para cubos de hielo y esto evitará que se peguen.

Congelar la comida no tiene mucha ciencia, pero te voy a dar algunos consejos que de seguro te serán de gran utilidad en esta área. Antes que nada, tenes que saber que si decidis congelar algún plato en especial vas a tener que esperar a que esté a temperatura ambiente, nunca tenes que colocar comida caliente en la heladera. Si se trata de alguna salsa que hayas preparado como la de alguna pasta, es recomendable colocarla en bolsitas plásticas para que su descongelado sea más fácil.
Nunca llenes los recipientes hasta arriba, es mucho mejor separar en porciones para que no tengas que descongelar todo de una y luego volver acongelar la comida; de esta forma perderá su sabor y cualidades. Y por último, nunca te olvides de etiquetar cada recipiente o bolsita aclarando lo que posee cada recipiente y la fecha en que lo congelaste.

Bien.. aca les dejo dos formas de hacerlo:
Podes hacerlo con aceite de oliva o con aceite de girasol, pero tene en cuenta que el de oliva va a tener un sabor mucho más intenso que el otro. En una cacerola colocá una buena cantidad de aceite y pone el fuego en lo más mínimo que tenga tu cocina, y pondras por algunos minutos las hierbas que quieras: romero, tomillo, orégano, hojas de laurel o cualquier otra hierba que desees. A éstas las vas a dejar “marinando” durante algunos minutos para que el sabor de las hierbas quede todo en el aceite, luego deja enfriar y listo.
La otra opción es colocar el aceite en botellas de vidrio o cualquier otro recipiente, en donde vas a poner adentro (junto al aceite) las hierbas que desees. Las vas a dejar ahi por lo menos por 24 horas macerando, aunque pueden quedar dentro del aceite hasta que el mismo se acabe.

Lo primero tenes que hacer es elejir tomates buenos, que no contengan golpes ni partes feas; luego lavalos con abundante agua fría.
Con un cuchillo bien filoso tenes que hacerle un corte en forma de cruz en la base del tomate, o de lo contrario en la parte donde se encuentra el cabito verde sólo que primero tenes que quitar el mismo. Trata de que no sea un corte demasiado profundo, sino que sólo se trate de un corte superficial, que sólo corte la piel.
Luego de esto prepara una cacerola con agua y dejala hervir, una vez que esté hirviendo mete los tomates con el corte en cruz previamente hecho y dejalos por unos 10 ó 20 segundos nada más. Posteriormente tenes que sacar los tomates del agua hirviendo y colocarlos en un recipiente con abundante agua con hielo (bien frío), vas a ver como se puede retirar la piel con total facilidad.

La carne molida es muy difícil de manejar si se congela en porciones demasiado grandes, despues es necesario descongelarla casi toda completa para poder usarla.
Antes de congelarla, sazoná la carne como acostumbras hacer pero no le ponga sal (se añade cuando se está cocinando), porque produce oxidación, al impedir que se congele el agua que tiene la carne en su interior.
Dividí la carne molida en porciones del tamaño adecuado para hamburguesas y separalas entre sí con hojas de papel encerado.
Después, envolvelas en pedazos de papel aluminio y ponelas en su congelador.
Cuando vayas a utilizarlas, saca las que necesitas y el resto dejalas dentro del congelador.

Los vinos embotellados con corcho se deben guardar poniendo la botella acostada.
Los que tienen el tapón de rosca pueden guardarse con la botella parada.
La razón es sencilla, al estar acostada la botella, el vino humedece el corcho, ayudando a mantenerlo algo hinchado, con lo cual cerrará mas herméticamente.
Eso no quiere decir que no tenes que tener de pie las botellas tapadas con corcho, sin embargo, no se guardan durante mucho tiempo de almacenamiento porque puede entrar aire y echar a perder el vino.
Otra cosa importante es que el exceso de calor o de frío influye desfavorablemente en los vinos.
Nunca se deben dejar las botellas al sol ni en lugares demasiado calientes, ni hay que meterlas al congelador.
Si tenes una o dos botellas que tenes pensado servir pocos días después, limitate a mantenerlas en un lugar fresco (a menos de 15ºC si es posible) donde no entre luz.
Si tenes muchas botellas (alcoholico!!) y tenes pensado guardarlas durante semanas o meses, es importante que encuentres un lugar oscuro donde no haya vibraciones, que no esté húmedo o mohoso y que tenga una temperatura constante de 12 a15ºC.

Esto es, de hecho, muy facil. Al cocinar los fideos antes de meterlos al agua debes echarle un poco de sal para el sabor y luego aceite (para evitar que se peguen) y dejar hervir el agua. Después, cuando el agua este hirviendo, baja la temperatura, caza un fideo con el tenedor y aplastalo con dos dedos, si se corta con facilidad significa que ya esta listo y tenes que retirarlos del fuego, sino se pasa y queda horrible.